Perder a un michi… duele. Y no poquito. Duele profundo, de ese dolor que no se ve pero lo invade todo.
No importa si era un gathijo que llegó hace poco o si te acompañó media vida. Cuando un gatete se va, se rompe algo dentro.
El duelo por un peludo es real, legítimo y profundo, aunque muchas veces no reciba el espacio social que merece.
Si estás leyendo esto, es probable que tengas el corazón hecho pedazos. Tal vez sientes un nudo en el pecho, una mezcla de tristeza, culpa, vacío y confusión.
Cuando tu gathijo se va y todo duele
Sí, lo que sientes es totalmente válido. 🫶 Ese nudo en la garganta, el vacío en casa, las lágrimas que no sabes ni cómo explicar, el querer buscarlo sin darte cuenta. Todo eso es normal. 💔
El dolor no necesita justificación.
Tu peludo no era “una mascota más”. Era familia. Tu compi silencioso. El que te miraba sin juzgar, el que sabía cuándo estabas mal sin que dijeras ni una palabra. Ese que se metía contigo en la cama o que esperaba en la puerta cada vez que volvías.
Y ahora que no está… todo se tambalea.
A veces aparece la culpa: “¿Hice todo lo que podía?”, “¿Por qué no me di cuenta antes?”, “¿Y si le fallé?”...
Respira. Lo hiciste lo mejor que supiste, con el amor más puro que tenías. No eres culpable. Estás triste. Estás rota. Estás en duelo. Y eso… está bien.
Porque despedir a un gathijo es perder a alguien que te eligió cada día. Que te amó sin condiciones. Que fue parte de tu historia, de tu rutina, de tus días.
Puedes llorar, hablar, escribir, quedarte en silencio, sentir que la vida te pesa y que no puedes seguir como si nada sin que eso te haga menos fuerte. El duelo tiene muchos rostros, y todos merecen ser abrazados.
Y sí, llorar por tu michi es tan válido como llorar por cualquier ser querido. Porque lo era. Porque lo seguirá siendo. ❤️🩹
No todo el mundo lo entiende… y eso no es tu culpa
Una de las cosas más duras cuando pasamos por la pérdida de un peludo es que no todo el mundo lo comprende. Hay quien te suelta un “ya se te pasará”, “era solo un gato” o “pues adopta otro”. Y eso… duele más.
Pero queremos que lo tengas claro: el problema no es tu forma de sentir. Es la incapacidad de otros para comprender lo profundo que era ese vínculo. 🐾
Tu duelo es válido. Tu dolor es real. Tu gathijo era parte de tu familia. Y nadie, NADIE, tiene derecho a minimizar lo que estás sintiendo.
Rodéate, en la medida que puedas, de personas que no te exijan estar bien, que no quieran “arreglarte”, sino acompañarte. Gente que se siente contigo en silencio si hace falta. Que te abrace con los ojos. Que te diga “llora si necesitas”.
Y si sientes que esto te supera, que el dolor no afloja, que te cuesta levantarte, dormir o simplemente seguir... está bien pedir ayuda. 💛
Hablar con un psicólogo o una psicóloga no es un signo de debilidad. Es un acto de amor propio. Es decir “esto me importa y quiero cuidarlo”.
Buscar apoyo profesional puede ayudarte a comprender mejor lo que estás viviendo, a gestionar la culpa, la tristeza y el vacío… y a empezar a reconstruirte poquito a poco.
Rituales que acarician el alma (y la memoria de tu gathijo)
No necesitas hacer nada grande ni complicado. Solo algo que tenga sentido para ti… y que le rinda homenaje. 🕊️
Aquí van algunas ideas que pueden ayudarte:
- 🌼 Un altarcito con su foto, su collar o sus juguetes favoritos.
- 📨 Escribirle una carta. Cuéntale cuánto lo amabas, cómo cambió tu vida, qué cosas extrañarás más.
- 🕯️ Encender una vela cada noche durante una semana, en el lugar donde solía dormir.
- 🌳 Plantar algo en su honor: una plantita, una flor, un árbol. Verlo crecer será como sentir que sigue contigo.
- 🎀 Hacer un álbum con sus fotos y recuerdos. Verlas puede doler, sí. Pero también consuela.
- 🎁 Donar sus cositas a un refugio, cuando estés lista. Así su huella seguirá ayudando.
- 🎵 Crear una playlist con canciones que te conecten con su esencia.
Los rituales no borran el dolor, pero le dan espacio. Le dan forma. Y te ayudan a reconectar con el amor en medio de la pérdida.
Todo lo que te ayude a honrar su vida, y no solo su muerte, es un acto de amor. Tu peludo merece un adiós bonito. Y tú también.
¿Y los que se quedan? Acompañar a tus otros peluditos en su propio duelo
Muchas veces, en medio de nuestro dolor, se nos olvida que hay otros corazones peludos sufriendo también. Si tienes más michis o algún perrito en casa, es importante recordar que ellos también sienten.
Tal vez notes que uno de tus gatetes anda más callado, que duerme donde solía estar el compi que se fue, que no quiere comer igual, o que se queda mirándote con esos ojitos que lo dicen todo sin decir nada.
¿Te suena? Pues sí: ellos también pasan por su duelo. 💔
Ellos entienden la muerte, saben lo que sucede, tenemos que permitir que ellos también transiten su duelo. Perciben la tristeza, notan la ausencia, sienten el vacío en la rutina.
Siempre que se pueda, déjales despedirse. Si el peludo que partió está en casa, déjales olfatear, acercarse, comprender.
Muchos peludos, al oler o ver al compañero sin vida, procesan que no volverá. Esto les permite cerrar el ciclo de forma más natural, acorde a su naturaleza, a su instinto.
Y después… acompáñalos.
👂 Háblales.
👐 Abrázalos.
🧸 Dales ese juguete que solían compartir o echaros una siesta juntos en lugar favorito del michi que ya no está.
🕯️ Invítalos al ritual que hagas.
🫂 Que sepan que no están solos.
Es hermoso incluir a los otros peludos en estos actos simbólicos de despedida. Pequeños gestos que son, en el fondo, un “te seguimos recordando”.
Los peludos nos sanan el alma. Y a veces, tú sanas la suya también. ❤️🩹
“Me siento culpable…” — cuando la culpa pesa más que la pena
Esta parte es dura. Muy dura.
La culpa aparece sin pedir permiso, y se mete en tu cabeza con preguntas crueles:
“¿Por qué no lo vi antes?”, “¿Y si el veterinario se equivocó?”, “¿Y si tomé una mala decisión?”,“No me di cuenta a tiempo.”, “Le hablé mal esa vez.”, “No estuve en casa ese día.”, “¿Y si sufrió?”, “¿Hice bien en dormirlo?”...
Esas preguntas no son justas. Pero son normales. Todos los que hemos perdido un gathijo hemos pasado por ellas. Porque cuando amas, siempre desearías haber hecho más.
No hay una forma perfecta de acompañar en la muerte. Ningún adiós será ideal. Siempre habrá algo que hubiéramos querido hacer distinto.
Pero eso no te convierte en culpable. Te convierte en alguien que ama, y que está aprendiendo a vivir con la ausencia.
No eres culpable. Eres humano. Y amaste muchísimo.
Hiciste lo mejor que pudiste. Tal vez no fue perfecto. Pero fue real. Fue honesto. Fue con ternura. Y tu michi, tu compi de cuatro patitas, lo sabía. Te eligió todos los días. Te buscaba todos los días. Te miraba con esos ojitos que solo un gathijo puede poner.
Perdónate.
Abrázate.
Y poco a poco, convierte esa culpa en gratitud. ❤️🩹 En lugar de quedarte atrapado en el “¿y si…?”, intenta transformarlo en un “gracias por…”.
Por el tiempo compartido. Por las siestas al sol. Por las veces que ronroneó en tu pecho. Por lo que aprendiste con él.
De a poquito, una luz: cómo seguir sin olvidar
No hay prisa para sanar. Nadie puede decirte “cuánto es demasiado”. Pero sí te podemos decir que… aunque hoy parezca imposible, la herida se va cerrando.
El dolor se transforma. El llanto cede un poquito. Y un día, sin darte cuenta, recordarás a tu gathijo y, en vez de romperte, sonreirás.
Tal vez decidas echarte siestas en su lugar de la cama o del sofá. O seguir hablándole al aire. Tal vez le veas en otras cosas y sientas, de forma inexplicable, que es él. Como si fuera un guiñito de lo que no podemos ver. ❤️🩹
Porque su paso no termina con su muerte. Sigue latiendo en ti, en tu forma de amar, en tu manera de cuidar a los demás, en los aprendizajes que dejó.
El amor no se termina cuando se va el peludo. El amor sigue creciendo en cada recuerdo, en cada anécdota, en cada gesto de ternura y cada vez que das gracias por lo que viviste con él.
Y si algún día decides abrirle la puerta a otro gatito, que no sea desde la necesidad de llenar un vacío, sino desde el deseo de volver a amar. No será reemplazo. Será continuación. Será homenaje.
Porque el amor por quienes se fueron no se divide, se multiplica. 🌈
Tu michi no se fue del todo
Tu michi vivió amado. Y eso, créenos, ya lo hizo eterno. ❤️🩹
Queda en tu forma de cuidar, en tus fotos, en ese lugarcito del sofá donde siempre dormía.
Queda en el ruidito de sus patitas por el suelo que aún escuchas cuando todo está en silencio.
Queda en ti.
Y aunque el dolor sea parte del camino, también lo es el amor que queda.
Este artículo es un abrazo. De corazón a corazón. De humano a humano. Porque si estás aquí, es porque amaste bien. Y eso… ya es un regalo. 🧡🫂
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